Figura No 1. Fotografía de portada EL Etnógrafo de Jorge Luis Borges |
Por CÉSAR ELIÉCER VILLOTA ERASO
“Algo nos ha sido quitado y ese algo es
el asombro ante lo inexplicable de la realidad. Nos asombraría ver flotar un
peñasco, pero no nos asombra ver flotar al planeta. Nos inquietaría que una
casa no terminara nunca, pero no parece inquietarnos que el universo se
prolongue sin fin”.1 WILLIAM OSPINA
La capacidad de asombro que menciona
William Ospina (2001) al inicio del siglo XXI, es una de las sensaciones
humanas que poco a poco se han ido perdiendo con el tiempo. Hoy, en el campo educativo se ha idealizado una figura de
constitución universal que no pasa de ser la homogenización cultural (una sola
identidad). Consolidándose como un fundamento utópico, muy alejado de la
diversidad latinoamericana en la que con-vivimos a diario.
Así, lanzar una serie de aseveraciones
que sean parte de un quehacer simplista, darían lugar a la prolongación de la
enfermedad. Pues si la institucionalización del conocimiento se plantea desde
las normas globalizantes, todos los enfoques investigativos se quedan
albergando las satisfacciones personales. Sin cumplir con el fundamento
esencial de todo proceso investigativo, donde el valor de un resultado
creativo, re-constructivo e innovador, debe satisfacer y alimentar lo
comunitario, concretizándose en el eterno retorno. Al respecto, cuando el
personaje Murdock del cuento de Borges, titulado El Etnógrafo, viaja con la esperanza de ser aceptado en una
comunidad, donde los ritos y las profecías oníricas son la dinámica de
aprendizaje, la perspectiva de la vida cambia. Se trifulca en la
auto-reflexión, de lo que se es y lo que se representa simbólicamente. Pues,
“para la construcción de sentido es fundamental saber bien dónde se habita,
dónde se está y dónde se decide llegar, definirlos fines. Si se sabe bien en
donde se habita, la traza del fin es camino propio”.2
Por lo tanto, la consolidación de la
praxis en toda actividad investigativa, debe velar por los fines comunitarios,
por la recuperación y el amor por los sistemas y razones de vida de los
diferentes contextos. Buscando no profanar el estado del material simbólico,
sino alimentarlo para que siga vivo, en conjunto, tal y como lo hace el ave
fénix, que de las cenizas se fortalece y brilla en su esplendor. Por tanto, el
trabajo de campo nos espera…
NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS
*El presente ensayo hace parte de la reflexión del texto
denominado: El Etnógrafo de Jorge
Luis Borges.
1.
OSPINA, William (2001) Es tarde para el hombre. Editorial Norma. Bogotá,
Colombia. Primera Edición 1994. p. 29
2.
SÁNCHEZ FAJARDO, Silvio (2010)… Y ahora preguntemos a los recuerdos. Editorial
Universitaria. Pasto, Nariño. p. 15
BIBLIOGRAFÍA
OSPINA,
William (2001) Es tarde para el hombre. Editorial Norma. Bogotá, Colombia.
Primera Edición 1994.
SÁNCHEZ
FAJARDO, Silvio (2010)… Y ahora preguntemos a los recuerdos. Editorial
Universitaria. Pasto, Nariño.
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