“HOLÍSTICA DEL
CUERPO, HOLÍSTICA DE LA IMAGEN”
CONCEPCIONES DE LA LECTURA DE LA
ALTERIDAD
DENTRO DEL CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS
Figura No 1. Ensueño Autor: Franklin Melo Cháves |
Figura No 1
Por
CÉSAR ELIÉCERVILLOTA ERASO.1
1.
PRELIMINAR
-Está bien, contestó el viejo, y al instante oscureció el
viejo. “Ya oscureció el zopilote”, dice ahora la gente. Y así, durante la
frescura del amanecer, comenzó su existencia. (Popol Vuh 2002:74)
La razón de las siguientes reflexiones
heterogéneas, están ligadas a la construcción continua de los imaginarios
carnavalescos y cómo permiten su familiarización con procesos de alteridad;
debido a que, la identidad y la homogenización -que son costumbres cíclicas
delegadas por la globalización mercantilista- queda por fuera de la razón que
se desencadena en Latinoamérica.
Conceptos como hibridación (en Néstor
Canclini), transculturación (en Ángel Rama); la cultura y la verdad narrativa
(en Renato Rolsado), y la heterogeneidad cultural (en Antonio Cornejo Polar);
se convierten en alternativas de estudio hermenéutico y etnoliterario, destinado
a compartir y hacer introspección propositiva de la diversidad en la que nos encontramos.
Después de
ejercer y aceptar el destino de la concienciación, de ser cons-cientes, ante la
mayoría de motores experienciales en
América del Sur. Las fiestas, ritos y símbolos de la razón indigenista se
materializaron con el tiempo, se hicieron imaginarios que al entrar en contacto
con las razones europeas en la “conquista”, no se perdieron, sino que se
fundieron aun más en la memoria colectiva; compartiéndose en la intimidad de
los cuerpos, del contacto, del tacto ensimismado en la alegría. Funcionando
como tributos a las deidades: Sol (Inti).2 Luna (Killa).3 Madre tierra (Pacha mama)4;
hasta convertirse en imágenes que se volvían –y vuelven- incandescentes en la
llama del churo cósmico (unión de los pares opuestos en las entrañas de la
tierra).
De esa
manera, es necesario aclarar que varios siglos pasaron como atractivos de
reconocimiento del otro, se gestaron luchas incesantes para no omitir la raíz e
historia (oral-escrita-pictográfica) de los pueblos. Por ello, aspectos de la
vida de la parte sur-occidental de Colombia, donde las fiestas y tributos se
mezclaron, en una razón triétnica: la raza indígena (natural americana), la
raza negra (desde el África) y la blanca (europea). Dan fe de una dinámica de
la existencia, que va desde la exterminación de las clases sociales, las cuales
han y son reemplazadas por el juego y la caricia, la majestuosidad y lo
grotesco, la familiaridad y su añoranza, entre otras dualidades múltiples que
son propias de las fiestas, los ritos y las remembranzas sureñas.
Lo anterior
está ligado a una “filosofía mínima”, un suceso que se deriva del contacto permanente
con la vida, con la sublimidad del ser, en cuanto ser social e histórico, en un
micro-cosmos, tal y como lo plantea Mario Madroñero (2012), en el suplemento
cultural, La Conjura de los necios5:
“Pensar y vivir no depende del
principio de razón suficiente. La insuficiencia arcaica del ser, expone la
remoción de la esencia y la mutación de la materia, de los cuerpos. ¿Qué hacer
de una filosofía nueva que vibre, del ápeiron, a lo sublime y de ahí al
devenir, atravesando la intempestividad, saltando al acontecer, para en la
desesperanza de una historia avistar pacientemente al porvenir? No hacer quizá,
no pensar también, sentir, morir, amar un saber otro, que con el fulgor del
rayo del pensar, disemine la esencia en la transmutación de la vida, cada día”.
(MADROÑERO, Mario. 2012: 3)
Aceptando la cualidad histórica que se
experimenta desde el presente, constituyéndose como proceso partidario de la
creación. Haciendo uso de significantes en el contexto que nos atañe, un
espacio y tiempo propicio para resquebrajar todas las posibilidades de
discriminación, de incapacidad de comprensión del otro, de posibilitar espacios
de convergencia de dualidades y alternancia
posicional, de entender los símbolos y actuares dentro del Carnaval de Negros y Blancos, desde la imagen y el cuerpo y su
alteridad bajo la construcción permanente de la memoria.
2.
DUALIDAD CUERPO-IMAGEN EN EL CARNAVAL
“El
hombre pasa la vida improvisando representaciones, y al fin de cuentas lo único
que queda de él son los disfraces con que estuvo actuando”
Fernando
Soto Aparicio.6
El epígrafe que se resalta en esta
parte del texto y, que pertenece al maestro Boyacense Soto Aparicio, lo he
utilizado porque da apertura a la consolidación de la vida como un gran
escenario de máscaras, pero no traídas para denotar la fragilidad de lo
escondido, sino para navegar en la multiplicidad de símbolos que son
holísticos, por cuanto tienen que ver con todos los órganos de circulación
cultural, histórica y social de una región.
En ese caso, Colombia dentro de su
construcción social, política, económica, vivencial, cultural, reglamentaria,
cívica, ancestral y dinámica, se acompaña de unos imaginarios -porque no decirlo:
alternos- enmarcados dentro de lo biodiverso, multiétnico y pluricultural. Así,
dicha tridimensionalidad, ha dado lugar al re-pensamiento y futura abolición
del significado de IDENTIDAD que desde muchos siglos ha invadido la mente de antropólogos,
historiadores, científicos, filósofos e investigadores literarios, por cuanto
funda su dinamización y experimentación en fuentes teóricas que vinieron y
vienen desde occidente, donde se ratifica –hipotéticamente- a la homogenización
como la única vía de alimentación de la memoria grupal. Claro esta, que dicha
dinámica ya no es convincente para reflexionar sobre el verdadero proceso heterogéneo
en el que vivimos, y al cual nos enfrentamos cada día.
De hecho, las cualidades experienciales
dan la oportunidad de construir pensamiento colectivo, pues trabajar en la
simbólica de los otros, es una práctica muy particular, íntima. Así, Mario
Madroñero (2011) plantea que “la singular experiencia del pensar que el
encuentro con otro dona en la exterioridad de la relación misma, y que permite
comprender la hospitalidad como lugar en el que lo que Levinas (1987) propone
como una “desnucleación del mundo sustancial del Yo”, corresponde a lo inaudito
de la responsabilidad del encuentro en el que la evasión conlleva comprender la
responsabilidad también inaudita de una hospitalidad sin reservas” (Madroñero,
Mario. 2011: 316).
Por lo
tanto, el Carnaval de Negros y Blancos, al verse como una reunión de la
cultura, de los parámetros ancestrales, de la cosmogonía. Da lugar a la fiesta
donde todo lo utópico y meditabundo tiene validez en la consigna: ¡El mundo al
revés! Y en “Queda terminantemente
prohibido, prohibir” Que se acompaña con el cuerpo de los pastusos y los
alternos a ellos (aventureros). Y en conjunto, no actuaran como espectadores y
otros los causantes de un espectáculo, sino más bien, de actores de la
elevación subalterna, propia de las carnestolendas.
Es así, que el carnaval se gesta como
una herramienta para aprender desde la experimentación del goce, de mirarse en
el otro como imagen y cuerpo, en el tacto, en la risa burlona, en lo barroco de
las formas, en la cromática de los fluorescentes y hasta en la lágrima que
rueda por una mejilla al desbordarse de felicidad. De ahí que:
“Pocas
festividades son tan celebradas en tantos lugares del planeta como el carnaval.
Hay ciertas características del carnaval que si bien han sido señaladas no
son contempladas al momento de su
estudio, el ámbito de la ciudad que funciona no solo como marco, sino como
espacio de materialización de las significaciones sociales que le dan cohesión
y sentido aun grupo en un tiempo y lugar” (RODRIZALES, Javier. 2011:11).
El acontecer de la fiesta es una
revuelta, en todo el sentido de la palabra, nos dice Octavio Paz en su libro el
Laberinto de la Soledad (1950). En el carnaval, las confusiones saltan a la
vista, pues cuando el desfile avanza, los cuerpos que integran la
representación se trastocan y se materializa en imágenes, las cuales son leídas
y miradas con propiedad, magnificando el asombro de la belleza en el don
natural, sin imponencias, con lo frágil de los símbolos y signos, que en
palabras de Jacques Derridá (1968) “bien
se trate
de signo verbal o escrito, de signo monetario, de delegación electoral y de representación
política, la circulación de los signos difiere el momento en que podríamos
encontrarnos con la cosa misma, adueñarnos de ella, consumirla o guardarla,
tocarla, verla, tener la intuición presente. (DERRIDÁ, Jacques.1968: 8).
El
ejemplo pragmático de tal referente teórico, lo podemos apreciar en este
carnaval suramericano, con made in
Pasto; donde las diferentes modalidades desbordan lo sobrenatural; el disfraz individual,
la murga, la comparsa, la mini-carroza y el auto alegórico mayor (carroza
motorizada) en la senda o recorrido por la calles se convierten en un gran
teatro, siendo el camino para abordar los mundos posibles. Los cuerpos
homogéneos se transforman en híbridos. Se conjugan las armonías de imágenes menores,
el pueblo somos todos y entre lectura y lectura, el holismo se crece, todo,
porque el cuerpo simbólico, es leído y pensado como un todo, una imagen que se
expande con la simbología de articulación de unos frentes a otros, bajo la
premisa del entendimiento y el rol posicional de satisfacción.
Figura No 2. De espaldas al sol Autor. Franklin Melo Cháves
Figura
No 2
En ese
orden, el cuerpo es una oscilación entre
signos de cuerpo y no cuerpo, cuerpo por ser material y no cuerpo cuando se
malea y cambia de forma, dando lugar a la imagen. Luego con la proxémica y las
indumentarias febriles, “el cuerpo se
ofrece como una totalidad binaria, igualmente a la vista e igualmente
intocable: el cuerpo es siempre un más allá del cuerpo. Al palparlo, se reparte
(como un texto) en porciones que son sensaciones instantáneas: sensación que es
percepción de un muslo, de un lóbulo, un pezón, una uña, un pedazo caliente en
la ingle, la nuca como comienzo de un crepúsculo. El cuerpo que abrazamos es un
río de metamorfosis” (GOYTISOLO, Juan. 1979: 303).
No obstante, en ese juego no se puede
caer en la mirada objetiva, en la que los cuerpos no pueden verse como simples
objetos. La razón del corpus está en identificar los símbolos, las metáforas,
las ironías que deberán transgredirse a otros lenguajes, caso de la escritura,
la pintura, el arte conceptual –entre otras formas- en las que se da paso a la
memoria histórica y colectiva.
En dicha circunstancia, hablar con las
imágenes del carnaval será dialogar con el pasado, con preceptos de un tiempo y
un espacio determinado. Llegando a la tonalidades y avanzar en el manejo de la
imagen, no hablando en términos raros, ni razones indescifrables, “en los
discursos sobre la imagen constantemente se llega a indefiniciones. Algunos dan
la impresión de circular sin cuerpo, como ni siquiera lo hacen las imágenes de
las ideas y el recuerdo, que en efecto ocupan nuestro propio cuerpo” (BEITING,
Hans. 2007: 13).
3. LA APERTURA
El reconocimiento del carnaval como un
espacio de interacción, en la libertad del juego, pone al descubierto uno de
las actuaciones humanas esenciales, la cual tiene que ver con la entrada de
comprensión con el otro, sin generar conflictos y avanzar a una propuesta
conjunta. De una lectura de realidades, que nos provoque más deseos de escribir
y alcanzar la llamada Literatura Menor y
Expandida que mencionan Gilles Deleuze y Félix Guattari, refiriéndose a la
obra de Kafka en el año de 1975. Por lo tanto, el papel de los investigadores
en el campo de la Etnoliteratura, está en determinar la importancia de un punto
de convergencia:
“un
lugar del encuentro sería entonces el espaciamiento del tiempo, intervalo que
se presenta en el saludo, santo y seña de una despedida de la historia de la
presencia, en la que el don conlleva un compartir el tiempo en la ex-posición
al otro, la naturaleza, el mundo, ya no como emplazamientos del ser, sino como
lugares de partición y expropiación” (Madroñero, Mario. 2011: 325).
De ese modo, el acompañamiento del
otro, en procesos de alteridad, nos permitirá construir la memoria colectiva…
NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
Licenciado en Lengua Castellana y Literatura. Estudiante de Maestría en
Etnoliteratura X Cohorte. Docente de Formación Humanística de la Universidad de
Nariño, Crédito: Literatura y Carnaval. El presente texto hace parte de las
reflexiones y construcción del proyecto de Investigación en Maestría: “Lectura
creativa de carnaval, de los imaginarios a la creación de cuentos”.
2. Inti, es una apropiación dialectal
quechua que se refiere al sol. En el diccionario Quechua (2005), investigación
de la Academia mayor de la lengua en mención, editado en Perú, se refieren a
esta palabra, como: “s. Astron.
El Sol. El astro Rey. EJEM: Inti haykuy, puesta del Sol en el
occidente; Inti k'ana. Sol candente y refulgente; Inti puririy, primeras
horas a partir de la salida Sol; Intiq waqtanan. Lugar o sitio a
donde el Sol da directamente. || Hist. Dios tutelar de los forjadores da
Imperio del Tawantinsuyu, quienes le rendían culto en reconocimiento de sus
máximos beneficios a la vida; por lo tanto, fueron heliolatrías. Los Inkas se
atribuyeron la categoría de ser hijos del Sol. || Econ. Unidad monetaria
del Perú Republicano” (DICCIONARIO DEL
QUECHUA. 2005:184).
3. Killa, hace referencia a la luna; a la mama killa: madre
luna. Este astro ha sido tenido en cuenta por las diferentes civilizaciones
mesoamericanas como una diosa, que cautiva por su luz resplandeciente.
Utilizándola para marcar los usos del tiempo en las cosechas, en los sacrificios
y en su mítica creacionista.
4. Pacha mama: s. Mit. (Madre Tierra). Dios totémico
de los Inkas representado por el planeta Tierra, al que se le ofrecían
ofrendas. El brindis era con ella en las ceremonias agrícolas y ganaderas, y
que aún superviven en la actualidad en el mundo andino” (Ibídem.2005: 375).
5. Esta
es una nueva propuesta que surgió bajo el sello de la Revista Cultural
Avatares, bajo la dirección de Jonathan Alexander España. Cabe agregar que en
esta primera edición la razón era buscar que la palabra deje eco y
entreabierto, el lenguaje oculto de las incendiadas, pues “toda conjura es memoria del fuego”. Por ese motivo, haciendo un
traslado a la razón del carnaval, éste también tiene su fuego, su momento. En
estas aproximaciones, recientemente discernido el valor del carnaval y su
compenetración con los cuatro elementos del planeta: Aire, Fuego, Agua y
tierra.
6. Este epígrafe hace parte de la obra narrativa denominada:
La última Guerra del maestro Soto, obra que en el 2012 se presentó en Pasto, en
el marco de la Quinta temporada de letras y Segundo Encuentro Binacional del
Libro, auspiciado por la Editorial Caza de libros en Convenio con el Taller de Escritores Awasca de la Universidad
de Nariño.
BIBLIOGRAFÍA
ACADEMIA
MAYOR DE LA LENGUA QUECHUA (2005). Diccionario Quechua-Español-Quechua. Segunda
Edición. Gobierno Regional del Cusco. Cusco, Perú.
BEITING,
Hans (2007). Antropología de la imagen. Kats Editores. Traducción de Gonzalo
MAria Vélez Espinoza. Titulo original: Bild- Anthropologia. Argentina.
DERRIDÁ,
Jacques (1968). La Diferencia // Différance.
Editorial Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Edición virtual por www.philosophia.cl. Uruguay.
GOYTISOLO,
Juan (1979). El lenguaje del cuerpo. Editorial Fundamentos. Madrid, España.
HABERMAS,
J, (1975). “Conocimiento e Interés”. En: Revista ideas y valores. Bogotá:
Universidad Nacional. No. 42-45.1973-1975.p.61-75. Traducción de Guillermo
Hoyos.
JURADO VALENCIA, Fabio, (2005). “La Lectura de la Imagen “Fija” y la Imagen
en Movimiento como experiencia previa en el dominio de la convención escrita”.
En: “Hechos y Proyecciones del Lenguaje”. Pasto: Graficolor. No 14.
MADROÑERO,
Mario (2012). Filosofía Mínima. Suplemento cultural La conjura de los necios.
Avatares (Revista Cultural/Casa editorial). Pasto, Nariño.
MADROÑERO
MORILLO, Mario (2011). Alteridad, política y hospitalidad. Revista Escritos,
Vol. 19 No 43. Julio-Diciembre 2011. ISSN: 0120-1263.
PAZ,
Octavio (1950). El laberinto de la soledad. Ediciones Cuadernos Americanos,
México.
POPOL
VUH (2002). Popol Vuh-Antiguas historias de los Mayas Quiches. Editorial Lito
Imperio. Bogotá D.C, Colombia.
RODRIZALES,
Javier (2011). Carnaval de Negros y Blancos, Juego, Arte y Saber. Editorial
Xexus Edita. Impresión Mados Print. Pasto, Nariño.
SOTO
APARICIO, Fernando (2012). La última Guerra. Editorial Caza de Libros. Ibagué
(Tolima).
FIGURAS
Figura
No 1. MELO
CHÁVES, Franklin Oswaldo (2010). Título: Ensueño. Técnica: Ecoline.
Figura
No 2. MELO CHÁVES, Franklin Oswaldo (2010).
Título: De Espaldas al Sol. Técnica: Dibujo en grafito.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario