viernes, 27 de julio de 2012

 “HOLÍSTICA DEL CUERPO, HOLÍSTICA DE LA IMAGEN”
CONCEPCIONES DE LA LECTURA DE LA ALTERIDAD
DENTRO DEL  CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS 

Figura No 1. Ensueño
Autor: Franklin Melo Cháves

Figura No 1

Por CÉSAR ELIÉCERVILLOTA ERASO.1

1.     PRELIMINAR
-Está bien, contestó el viejo, y al instante oscureció el viejo. “Ya oscureció el zopilote”, dice ahora la gente. Y así, durante la frescura del amanecer, comenzó su existencia. (Popol Vuh 2002:74)

La razón de las siguientes reflexiones heterogéneas, están ligadas a la construcción continua de los imaginarios carnavalescos y cómo permiten su familiarización con procesos de alteridad; debido a que, la identidad y la homogenización -que son costumbres cíclicas delegadas por la globalización mercantilista- queda por fuera de la razón que se desencadena en Latinoamérica.

Conceptos como hibridación (en Néstor Canclini), transculturación (en Ángel Rama); la cultura y la verdad narrativa (en Renato Rolsado), y la heterogeneidad cultural (en Antonio Cornejo Polar); se convierten en alternativas de estudio hermenéutico y etnoliterario, destinado a compartir y hacer introspección propositiva de la diversidad en la que nos encontramos.
           
            Después de ejercer y aceptar el destino de la concienciación, de ser cons-cientes, ante la mayoría de motores  experienciales en América del Sur. Las fiestas, ritos y símbolos de la razón indigenista se materializaron con el tiempo, se hicieron imaginarios que al entrar en contacto con las razones europeas en la “conquista”, no se perdieron, sino que se fundieron aun más en la memoria colectiva; compartiéndose en la intimidad de los cuerpos, del contacto, del tacto ensimismado en la alegría. Funcionando como  tributos a las deidades: Sol (Inti).2 Luna (Killa).3 Madre tierra (Pacha mama)4; hasta convertirse en imágenes que se volvían –y vuelven- incandescentes en la llama del churo cósmico (unión de los pares opuestos en las entrañas de la tierra).

            De esa manera, es necesario aclarar que varios siglos pasaron como atractivos de reconocimiento del otro, se gestaron luchas incesantes para no omitir la raíz e historia (oral-escrita-pictográfica) de los pueblos. Por ello, aspectos de la vida de la parte sur-occidental de Colombia, donde las fiestas y tributos se mezclaron, en una razón triétnica: la raza indígena (natural americana), la raza negra (desde el África) y la blanca (europea). Dan fe de una dinámica de la existencia, que va desde la exterminación de las clases sociales, las cuales han y son reemplazadas por el juego y la caricia, la majestuosidad y lo grotesco, la familiaridad y su añoranza, entre otras dualidades múltiples que son propias de las fiestas, los ritos y las remembranzas sureñas.

            Lo anterior está ligado a una “filosofía mínima”, un suceso que se deriva del contacto permanente con la vida, con la sublimidad del ser, en cuanto ser social e histórico, en un micro-cosmos, tal y como lo plantea Mario Madroñero (2012), en el suplemento cultural, La Conjura de los necios5:

“Pensar y vivir no depende del principio de razón suficiente. La insuficiencia arcaica del ser, expone la remoción de la esencia y la mutación de la materia, de los cuerpos. ¿Qué hacer de una filosofía nueva que vibre, del ápeiron, a lo sublime y de ahí al devenir, atravesando la intempestividad, saltando al acontecer, para en la desesperanza de una historia avistar pacientemente al porvenir? No hacer quizá, no pensar también, sentir, morir, amar un saber otro, que con el fulgor del rayo del pensar, disemine la esencia en la transmutación de la vida, cada día”. (MADROÑERO, Mario. 2012: 3)

Aceptando la cualidad histórica que se experimenta desde el presente, constituyéndose como proceso partidario de la creación. Haciendo uso de significantes en el contexto que nos atañe, un espacio y tiempo propicio para resquebrajar todas las posibilidades de discriminación, de incapacidad de comprensión del otro, de posibilitar espacios de  convergencia de dualidades y alternancia posicional, de entender los símbolos y actuares dentro del Carnaval de Negros y Blancos, desde la imagen y el cuerpo y su alteridad bajo la construcción permanente de la memoria.


2.     DUALIDAD CUERPO-IMAGEN EN EL CARNAVAL


“El hombre pasa la vida improvisando representaciones, y al fin de cuentas lo único que queda de él son los disfraces con que estuvo actuando”
Fernando Soto Aparicio.6

El epígrafe que se resalta en esta parte del texto y, que pertenece al maestro Boyacense Soto Aparicio, lo he utilizado porque da apertura a la consolidación de la vida como un gran escenario de máscaras, pero no traídas para denotar la fragilidad de lo escondido, sino para navegar en la multiplicidad de símbolos que son holísticos, por cuanto tienen que ver con todos los órganos de circulación cultural, histórica y social de una región.

En ese caso, Colombia dentro de su construcción social, política, económica, vivencial, cultural, reglamentaria, cívica, ancestral y dinámica, se acompaña de unos imaginarios -porque no decirlo: alternos- enmarcados dentro de lo biodiverso, multiétnico y pluricultural. Así, dicha tridimensionalidad, ha dado lugar al re-pensamiento y futura abolición del significado de IDENTIDAD que desde muchos siglos ha invadido la mente de antropólogos, historiadores, científicos, filósofos e investigadores literarios, por cuanto funda su dinamización y experimentación en fuentes teóricas que vinieron y vienen desde occidente, donde se ratifica –hipotéticamente- a la homogenización como la única vía de alimentación de la memoria grupal. Claro esta, que dicha dinámica ya no es convincente para reflexionar sobre el verdadero proceso heterogéneo en el que vivimos, y al cual nos enfrentamos cada día.

De hecho, las cualidades experienciales dan la oportunidad de construir pensamiento colectivo, pues trabajar en la simbólica de los otros, es una práctica muy particular, íntima. Así, Mario Madroñero (2011) plantea que “la singular experiencia del pensar que el encuentro con otro dona en la exterioridad de la relación misma, y que permite comprender la hospitalidad como lugar en el que lo que Levinas (1987) propone como una “desnucleación del mundo sustancial del Yo”, corresponde a lo inaudito de la responsabilidad del encuentro en el que la evasión conlleva comprender la responsabilidad también inaudita de una hospitalidad sin reservas” (Madroñero, Mario. 2011: 316).

            Por lo tanto, el Carnaval de Negros y Blancos, al verse como una reunión de la cultura, de los parámetros ancestrales, de la cosmogonía. Da lugar a la fiesta donde todo lo utópico y meditabundo tiene validez en la consigna: ¡El mundo al revés! Y en “Queda terminantemente prohibido, prohibir” Que se acompaña con el cuerpo de los pastusos y los alternos a ellos (aventureros). Y en conjunto, no actuaran como espectadores y otros los causantes de un espectáculo, sino más bien, de actores de la elevación subalterna, propia de las carnestolendas.
           
Es así, que el carnaval se gesta como una herramienta para aprender desde la experimentación del goce, de mirarse en el otro como imagen y cuerpo, en el tacto, en la risa burlona, en lo barroco de las formas, en la cromática de los fluorescentes y hasta en la lágrima que rueda por una mejilla al desbordarse de felicidad. De ahí que:

“Pocas festividades son tan celebradas en tantos lugares del planeta como el carnaval. Hay ciertas características del carnaval que si bien han sido señaladas no son  contempladas al momento de su estudio, el ámbito de la ciudad que funciona no solo como marco, sino como espacio de materialización de las significaciones sociales que le dan cohesión y sentido aun grupo en un tiempo y lugar” (RODRIZALES, Javier. 2011:11).

            El acontecer de la fiesta es una revuelta, en todo el sentido de la palabra, nos dice Octavio Paz en su libro el Laberinto de la Soledad (1950). En el carnaval, las confusiones saltan a la vista, pues cuando el desfile avanza, los cuerpos que integran la representación se trastocan y se materializa en imágenes, las cuales son leídas y miradas con propiedad, magnificando el asombro de la belleza en el don natural, sin imponencias, con lo frágil de los símbolos y signos, que en palabras de  Jacques Derridá (1968) “bien se trate de signo verbal o escrito, de signo monetario, de delegación electoral y de representación política, la circulación de los signos difiere el momento en que podríamos encontrarnos con la cosa misma, adueñarnos de ella, consumirla o guardarla, tocarla, verla, tener la intuición presente. (DERRIDÁ, Jacques.1968: 8).
           
El  ejemplo pragmático de tal referente teórico, lo podemos apreciar en este carnaval suramericano, con made in Pasto; donde las diferentes modalidades desbordan lo sobrenatural; el disfraz individual, la murga, la comparsa, la mini-carroza y el auto alegórico mayor (carroza motorizada) en la senda o recorrido por la calles se convierten en un gran teatro, siendo el camino para abordar los mundos posibles. Los cuerpos homogéneos se transforman en híbridos. Se conjugan las armonías de imágenes menores, el pueblo somos todos y entre lectura y lectura, el holismo se crece, todo, porque el cuerpo simbólico, es leído y pensado como un todo, una imagen que se expande con la simbología de articulación de unos frentes a otros, bajo la premisa del entendimiento y el rol posicional de satisfacción.

Figura No 2. De espaldas al sol
Autor. Franklin Melo Cháves

Figura No 2

            En ese orden, el cuerpo  es una oscilación entre signos de cuerpo y no cuerpo, cuerpo por ser material y no cuerpo cuando se malea y cambia de forma, dando lugar a la imagen. Luego con la proxémica y las indumentarias febriles, “el cuerpo se ofrece como una totalidad binaria, igualmente a la vista e igualmente intocable: el cuerpo es siempre un más allá del cuerpo. Al palparlo, se reparte (como un texto) en porciones que son sensaciones instantáneas: sensación que es percepción de un muslo, de un lóbulo, un pezón, una uña, un pedazo caliente en la ingle, la nuca como comienzo de un crepúsculo. El cuerpo que abrazamos es un río de metamorfosis” (GOYTISOLO, Juan. 1979: 303).
           
No obstante, en ese juego no se puede caer en la mirada objetiva, en la que los cuerpos no pueden verse como simples objetos. La razón del corpus está en identificar los símbolos, las metáforas, las ironías que deberán transgredirse a otros lenguajes, caso de la escritura, la pintura, el arte conceptual –entre otras formas- en las que se da paso a la memoria histórica y colectiva.

En dicha circunstancia, hablar con las imágenes del carnaval será dialogar con el pasado, con preceptos de un tiempo y un espacio determinado. Llegando a la tonalidades y avanzar en el manejo de la imagen, no hablando en términos raros, ni razones indescifrables, “en los discursos sobre la imagen constantemente se llega a indefiniciones. Algunos dan la impresión de circular sin cuerpo, como ni siquiera lo hacen las imágenes de las ideas y el recuerdo, que en efecto ocupan nuestro propio cuerpo” (BEITING, Hans. 2007: 13).

3.      LA APERTURA

El reconocimiento del carnaval como un espacio de interacción, en la libertad del juego, pone al descubierto uno de las actuaciones humanas esenciales, la cual tiene que ver con la entrada de comprensión con el otro, sin generar conflictos y avanzar a una propuesta conjunta. De una lectura de realidades, que nos provoque más deseos de escribir y alcanzar la llamada Literatura Menor y Expandida que mencionan Gilles Deleuze y Félix Guattari, refiriéndose a la obra de Kafka en el año de 1975. Por lo tanto, el papel de los investigadores en el campo de la Etnoliteratura, está en determinar la importancia de un punto de convergencia:

“un lugar del encuentro sería entonces el espaciamiento del tiempo, intervalo que se presenta en el saludo, santo y seña de una despedida de la historia de la presencia, en la que el don conlleva un compartir el tiempo en la ex-posición al otro, la naturaleza, el mundo, ya no como emplazamientos del ser, sino como lugares de partición y expropiación” (Madroñero, Mario. 2011: 325).

De ese modo, el acompañamiento del otro, en procesos de alteridad, nos permitirá construir la memoria colectiva…

NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Licenciado en Lengua Castellana y Literatura. Estudiante de Maestría en Etnoliteratura X Cohorte. Docente de Formación Humanística de la Universidad de Nariño, Crédito: Literatura y Carnaval. El presente texto hace parte de las reflexiones y construcción del proyecto de Investigación en Maestría: “Lectura creativa de carnaval, de los imaginarios a la creación de cuentos”.

2. Inti, es una apropiación dialectal quechua que se refiere al sol. En el diccionario Quechua (2005), investigación de la Academia mayor de la lengua en mención, editado en Perú, se refieren a esta palabra, como: “s. Astron. El Sol. El astro Rey. EJEM: Inti haykuy, puesta del Sol en el occidente; Inti k'ana. Sol candente y refulgente; Inti puririy, primeras horas a partir de la salida Sol; Intiq waqtanan. Lugar o sitio a donde el Sol da directamente. || Hist. Dios tutelar de los forjadores da Imperio del Tawantinsuyu, quienes le rendían culto en reconocimiento de sus máximos beneficios a la vida; por lo tanto, fueron heliolatrías. Los Inkas se atribuyeron la categoría de ser hijos del Sol. || Econ. Unidad monetaria del Perú Republicano” (DICCIONARIO DEL  QUECHUA. 2005:184).

3. Killa, hace referencia a la luna; a la mama killa: madre luna. Este astro ha sido tenido en cuenta por las diferentes civilizaciones mesoamericanas como una diosa, que cautiva por su luz resplandeciente. Utilizándola para marcar los usos del tiempo en las cosechas, en los sacrificios y en su mítica creacionista.

4. Pacha mama: s. Mit. (Madre Tierra). Dios totémico de los Inkas representado por el planeta Tierra, al que se le ofrecían ofrendas. El brindis era con ella en las ceremonias agrícolas y ganaderas, y que aún superviven en la actualidad en el mundo andino” (Ibídem.2005: 375).

5. Esta es una nueva propuesta que surgió bajo el sello de la Revista Cultural Avatares, bajo la dirección de Jonathan Alexander España. Cabe agregar que en esta primera edición la razón era buscar que la palabra deje eco y entreabierto, el lenguaje oculto de las incendiadas, pues “toda conjura es memoria del fuego”. Por ese motivo, haciendo un traslado a la razón del carnaval, éste también tiene su fuego, su momento. En estas aproximaciones, recientemente discernido el valor del carnaval y su compenetración con los cuatro elementos del planeta: Aire, Fuego, Agua y tierra.

6. Este epígrafe hace parte de la obra narrativa denominada: La última Guerra del maestro Soto, obra que en el 2012 se presentó en Pasto, en el marco de la Quinta temporada de letras y Segundo Encuentro Binacional del Libro, auspiciado por la Editorial Caza de libros en Convenio con el  Taller de Escritores Awasca de la Universidad de Nariño.


BIBLIOGRAFÍA

ACADEMIA MAYOR DE LA LENGUA QUECHUA (2005). Diccionario Quechua-Español-Quechua. Segunda Edición. Gobierno Regional del Cusco. Cusco, Perú.

BEITING, Hans (2007). Antropología de la imagen. Kats Editores. Traducción de Gonzalo MAria Vélez Espinoza. Titulo original: Bild- Anthropologia. Argentina.

DERRIDÁ, Jacques (1968). La Diferencia // Différance. Editorial Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Edición virtual por www.philosophia.cl. Uruguay.

GOYTISOLO, Juan (1979). El lenguaje del cuerpo. Editorial Fundamentos. Madrid, España.

HABERMAS, J, (1975). “Conocimiento e Interés”. En: Revista ideas y valores. Bogotá: Universidad Nacional. No. 42-45.1973-1975.p.61-75. Traducción de Guillermo Hoyos.

JURADO VALENCIA, Fabio, (2005).  “La Lectura de la Imagen “Fija” y la Imagen en Movimiento como experiencia previa en el dominio de la convención escrita”. En: “Hechos y Proyecciones del Lenguaje”. Pasto: Graficolor. No 14.

MADROÑERO, Mario (2012). Filosofía Mínima. Suplemento cultural La conjura de los necios. Avatares (Revista Cultural/Casa editorial). Pasto, Nariño.

MADROÑERO MORILLO, Mario (2011). Alteridad, política y hospitalidad. Revista Escritos, Vol. 19 No 43. Julio-Diciembre 2011. ISSN: 0120-1263.

PAZ, Octavio (1950). El laberinto de la soledad. Ediciones Cuadernos Americanos, México.
POPOL VUH (2002). Popol Vuh-Antiguas historias de los Mayas Quiches. Editorial Lito Imperio. Bogotá D.C, Colombia.

RODRIZALES, Javier (2011). Carnaval de Negros y Blancos, Juego, Arte y Saber. Editorial Xexus Edita. Impresión Mados Print. Pasto, Nariño.

SOTO APARICIO, Fernando (2012). La última Guerra. Editorial Caza de Libros. Ibagué (Tolima).

FIGURAS

Figura No 1. MELO CHÁVES, Franklin Oswaldo (2010). Título: Ensueño. Técnica: Ecoline.
Figura No 2.  MELO CHÁVES, Franklin Oswaldo (2010). Título: De Espaldas al Sol. Técnica: Dibujo en grafito.



No hay comentarios:

Publicar un comentario