sábado, 19 de enero de 2013

SONIA ARIAS--EN EL PRINCIPIO



EN EL PRINCIPIO



SONIA GUADALUPE ARIAS MORA

Nació en Pasto. Es Licenciada en Artes Visuales y Magister en Etnoliteratura de la Universidad de Nariño. Actualmente, integrante del Taller de Escritores Awasca.



EN EL PRINCIPIO

¡Oh Abba!
El insubstancial
El Eterno
¡El Innominado!
Permite que mi pluma permee
Con tacto magistral
Los poros ardientes de este sensual papiro
Permite que la roca dance lisonjera
Entre la regocijante esdrújula de mis manos
¡Moldea esta falaz figura!
Que sutil en el burdel
Se adormece dentro de tu regazo…
¡Permite que sobreviva a este trago amargo!


CUANDO UNA SELVA BUSCA SU MANIFESTACIÓN

Cintas rojas atadas a los arbustos como símbolo de felicidad…
Piedras sobre la orilla de los mares, agitadas a través
De la ciencia del viento y el agua universales.
¡Venero el cielo que miras!
El suelo que pisas el aire que respiras
Las sombras se han esfumado ya, tu luz resplandece ahora…
Estas  y permaneces en mi corazón, ¡Armonía perfecta de vida!
Ayer fui dueña de tu imagen en mi mente, 
Con la promesa de entrar en los reinos del retorno,
Una dulce vibración embargó mis sentidos…
¡Sé que es un recuerdo futuro!...No lo olvido… 
Te siento tan cerca…, aún en la distancia estas dentro mío.
¡Humano demasiadamente humano!...
Se´ que has transitado caminos de aprendizaje y continúas haciéndolo…
¡Jamás te he juzgado por ello, pero, a veces
Una difamación brota de labios del ángel,,, no sé….
Sin embargo, en el lugar donde estés… mi corazón está  contigo,
Asegurado en el vaivén del divino ritmo… siguiendo silente tus lecciones de vida
Yo: ¡Soy el escriba de tu pulso infinito!


¡HOLA NIÑO!

¡Hola niño de mis sueños! niño de un solo tiempo, de muchos vientos, de bucles dorados danzantes al sol. Me miras con la timidez del penetrante lucero, atraes mi atención mientras juegas con una pulida piedrecita de río. Yo… río por  tu ocurrencia y me acerco a vos con el miedo que me detiene, me acerco a tu juego, ¡me tienes dentro! …

Ahora actúo en tu alegría, niño de caracolillos dorados ensortijados por la mar; me miras con tu sonrisa encantada, me absorbes en tu timidez vetada, cada paso que das (doy) se convierte en el indicio para manifestar el universo, para despertar (nos) a las almas dormidas que se regocijan al observar la cinta que protagonizamos juntos.

¡Niño de sortijas brillantes espolvoreadas al viento!
¡Te amo, niño mío… te amo!

Empiezo a realizar ciertos movimientos para que me percibas: algo así como tocar una planta, perseguir una hormiga herrante o arreglarme el sensual vestido de nena que mi madre ha confeccionado para mí (un diseño entre maternidad primigenia y dulzura), mirarte y sonreírte con la fugacidad de la mariposa… Hasta que finalmente, reclamo tu plena atención en el preciso instante cuando mi madre grita con la acción que le impele ansiedad y regaño:

-      ¡La nena, la nena!,.. ¡cruzó la carretera sola!...

-      Tú corres hacia mí, me tomas entre tus brazos (¡ya estoy en tus brazos!) y me llevas de regreso a la casa de campo que habitas… ¡Gracias a un designio divino!, la hazaña ha sido cumplida y en mi mente, recapitulo toda la escena de principio a fin:
-       
-      Yo atravesando sola la carretera para que acudas a mí, para que me tengas cerquita de ti y ahora, entre tus brazos soy la niña más feliz del cosmos.

¡Niño, niño dorado con caracolillos serpenteantes en mi corazón!
¡Te amo entrañablemente!

y me hubiese gustado seguir jugando contigo en nuestro tiempo de infancia, visitarte con frecuencia con la excusa de mi madre en tu casa de campo; me hubiese gustado sentir otra vez, muchas veces más, tu cercanía, tu invitación a travesear con las pulidas piedrecitas en el patio de tu casa, producto de algún río arcaico que se desesperó de tanto trasegar y solo dejó los guijarros como prueba de su amor (para dos) junto con mi invitación al delirio de la cercanía, al tacto tuyo con el mío… el pálpito divino.

Pero ahora, ¡ya recuerdo!... ahora Yo soy tu madre y debo cambiarte el pañal, besarte tus labiecitos carmín y darte a beber de mi seno tanto, tanto hasta hacerte dormir exhausto.

Niño que has enredado tus deliciosos rizos en mi alma
¡Te amo, niño Divino, te amo! 

TE PERTENEZCO Y ME PERTENECES…

Habitas en mí como yo en ti
Entretanto, te cubro con mis alas
Te presto el resplandor de mis ojos
Que te revelan quiénes somos
Te regalo el viento para que cantes a la vida
Para que vueles lento sobre esta tierra
Desde tus confines de nido

Te obsequio el fluido más precioso de estas humanidades
Que surca por mis venas hacia las tuyas
Con las memorias generacionales
De los guerreros del tiempo.

Juntos hacemos parte del propósito universal
Que acopla las almas en un vínculo supremo de armonía perfecta
Tu latir en sincronía con el mío
Proporciona a la raza
La esperanza que la vida posee sobre la vida…
Cada momento a tu lado me hace saborear la eternidad,
El sosiego de saber que en presencia tuya
Todo es posible… cualquier quimera, cualquier sueño
¡Todo prodigio!...
Porque tu esencia misma es prodigiosa.
                                                                                              
Te ama: tu madre.



VAPOR DE AGUA SAL EN MINIATURA

Con la lentitud del remolino fulgurante
Levanto mis manos hacia tu nívea tez
¡Imploro tu pasión!
Que surca todo tu cuerpo
Donde albergas tu motor (mi motor)

El tacto danza con la piel
Lugar en que los poros
Cultivan el vapor salado de los sueños
¡Sos mi soplo divino!
Que inspira la Creación
Un vuelo de escarpadas y cavernas
Que nos mantiene uni-dos
Un tacto de inverosímil certeza
Donde la duda no hace mella
Tan minúsculo en su grandeza
y profano en su santidad,
Que solo nos basta un toque
Para balancear el universo,
Hasta fragmentarlo en mil pedazos mil
Y volverlo hasta su origen
Con pasión augural.

Tan cierto en la duda
Que logra vislumbrar el nítido amanecer
Después de la aterradora tormenta.
Tan sórdido en su entrega
Que gesta el canto del ruiseñor
Al ser atrapado a voluntad por las espinas
Del amado rosal
Para exhalar en él su postrero carmín.


SOY

Soy tú Yo
Soy Tú
Soy…

La rueda de mis placeres
Me envuelve en tus caricias
Despierto en medio del alba soñada
Te observo más íntimo que ayer
Soplas en mi frente tu fervor
Asciendes la llama hasta el fondo
Agitas tus alas dentro mío
Te sumerges en mi eterno
Emprendes el vuelo hacia tu inmortalidad
¡Empiezas a volar!

Acabas de nacer
Descubres en la luz de mi caverna
La inicial bendición
Del que susurró a tu alma
Un secreto infinito a viva voz
¡Al nacer!

Acabas de recordar el secreto olvidado
Por eones de existencias
Lo saboreas en tus labios
Te deleitas con su tacto…
Me conviertes en tu madre
En tu hermana, en tu hija
Tu amante…

Soy tu Yo
Soy Tú
Soy…

VOS Y YO

La memoria acaricia en las sombras
Tu tacto matutino
El corazón sabe…
El corazón siempre “sabe”

Sos…
 Mi voz
Impregnada con ese tono grave
Que brindó la vida
Para que realices fuera de mí
En los últimos confines
Lejos de mí…
Todo cuanto tu deseo anhele.

Ahora… ve…
¡Vuela!
Realiza sin mí…
Juega a la creación
Puesto que en cada obra
Donde esté tu corazón
Allí estaré Yo
Evocando-nos
Presintiendo-nos

En la remembranza del tiempo
Allí seré Yo
En el  suspiro que te circunda
Al recordar-me
Sin reconocer-me
En el sueño que te abraza
Todos los días de tu existencia.
En el prístino segundo de tu “despertar”
Y  hasta puede suceder  que
El destino lisonjero
En algunas ocasiones
Haya rosado nuestros caminos
Sin mayor pretensión
Que el brillo en los ojos
O la luminosidad
Emanada de nuestros cuerpos.
(¿Esta parte queda o puede excluirse?)

Mas…
Cuando llegue el momento
(y sabrás que llegado es)
El ángel del Señor
Nos fundirá en el color de sus alas
 Y nos llevará hasta su presencia
Y la Creación…
Volverá a girar.
Quizás entonces dirás:

Sos…

El color de mi voz
Con ese tono agudo
Que el Creador formó
Para que experimentes
Jugar a realizar
Lejos de mí
Todo cuanto tu deseo anhele.
y la memoria …
Que acaricia en las sombras
Mi tacto matutino
Presentirá un canto en mi corazón

Entonces…
La Creación
      Volverá a girar…








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