EN EL PRINCIPIO
SONIA GUADALUPE ARIAS MORA
Nació en Pasto. Es Licenciada en Artes Visuales y Magister en Etnoliteratura de la Universidad de Nariño. Actualmente, integrante del Taller de Escritores Awasca.
EN EL PRINCIPIO
¡Oh Abba!
El insubstancial
El Eterno
¡El Innominado!
Permite que mi pluma permee
Con tacto magistral
Los poros ardientes de este sensual papiro
Permite que la roca dance lisonjera
Entre la regocijante esdrújula de mis manos
¡Moldea esta falaz figura!
Que sutil en el burdel
Se adormece dentro de tu regazo…
¡Permite que sobreviva a este trago amargo!
CUANDO UNA SELVA BUSCA SU MANIFESTACIÓN
Cintas
rojas atadas a los arbustos como símbolo de felicidad…
Piedras
sobre la orilla de los mares, agitadas a través
De la
ciencia del viento y el agua universales.
¡Venero el
cielo que miras!
El suelo
que pisas el aire que respiras
Las sombras
se han esfumado ya, tu luz resplandece ahora…
Estas y permaneces en mi corazón, ¡Armonía perfecta
de vida!
Ayer fui
dueña de tu imagen en mi mente,
Con la
promesa de entrar en los reinos del retorno,
Una dulce
vibración embargó mis sentidos…
¡Sé que es
un recuerdo futuro!...No lo olvido…
Te siento
tan cerca…, aún en la distancia estas dentro mío.
¡Humano
demasiadamente humano!...
Se´ que has
transitado caminos de aprendizaje y continúas haciéndolo…
¡Jamás te
he juzgado por ello, pero, a veces
Una
difamación brota de labios del ángel,,, no sé….
Sin
embargo, en el lugar donde estés… mi corazón está contigo,
Asegurado
en el vaivén del divino ritmo… siguiendo silente tus lecciones de vida
Yo: ¡Soy el
escriba de tu pulso infinito!
¡HOLA NIÑO!
¡Hola niño
de mis sueños! niño de un solo tiempo, de muchos vientos, de bucles dorados
danzantes al sol. Me miras con la timidez del penetrante lucero, atraes mi
atención mientras juegas con una pulida piedrecita de río. Yo… río por tu ocurrencia y me acerco a vos con el miedo
que me detiene, me acerco a tu juego, ¡me tienes dentro! …
Ahora
actúo en tu alegría, niño de caracolillos dorados ensortijados por la mar; me
miras con tu sonrisa encantada, me absorbes en tu timidez vetada, cada paso que
das (doy) se convierte en el indicio para manifestar el universo, para
despertar (nos) a las almas dormidas que se regocijan al observar la cinta que
protagonizamos juntos.
¡Niño de sortijas brillantes espolvoreadas al viento!
¡Te amo, niño mío… te amo!
Empiezo
a realizar ciertos movimientos para que me percibas: algo así como tocar una
planta, perseguir una hormiga herrante o arreglarme el sensual vestido de nena
que mi madre ha confeccionado para mí (un diseño entre maternidad primigenia y
dulzura), mirarte y sonreírte con la fugacidad de la mariposa… Hasta que
finalmente, reclamo tu plena atención en el preciso instante cuando mi madre
grita con la acción que le impele ansiedad y regaño:
-
¡La
nena, la nena!,.. ¡cruzó la carretera sola!...
- Tú corres hacia mí, me
tomas entre tus brazos (¡ya estoy en tus brazos!) y me llevas de regreso a la
casa de campo que habitas… ¡Gracias a un designio divino!, la hazaña ha sido
cumplida y en mi mente, recapitulo toda la escena de principio a fin:
-
-
Yo
atravesando sola la carretera para que acudas a mí, para que me tengas cerquita
de ti y ahora, entre tus brazos soy la niña más feliz del cosmos.
¡Niño, niño dorado con caracolillos serpenteantes en mi
corazón!
¡Te amo entrañablemente!
y
me hubiese gustado seguir jugando contigo en nuestro tiempo de infancia,
visitarte con frecuencia con la excusa de mi madre en tu casa de campo; me
hubiese gustado sentir otra vez, muchas veces más, tu cercanía, tu invitación a
travesear con las pulidas piedrecitas en el patio de tu casa, producto de algún
río arcaico que se desesperó de tanto trasegar y solo dejó los guijarros como
prueba de su amor (para dos) junto con mi invitación al delirio de la cercanía,
al tacto tuyo con el mío… el pálpito divino.
Pero
ahora, ¡ya recuerdo!... ahora Yo soy tu madre y debo cambiarte el pañal,
besarte tus labiecitos carmín y darte a beber de mi seno tanto, tanto hasta
hacerte dormir exhausto.
Niño que has enredado tus deliciosos rizos en mi alma
¡Te amo, niño Divino, te amo!
TE PERTENEZCO Y ME PERTENECES…
Habitas en
mí como yo en ti
Entretanto,
te cubro con mis alas
Te presto
el resplandor de mis ojos
Que te
revelan quiénes somos
Te regalo
el viento para que cantes a la vida
Para que
vueles lento sobre esta tierra
Desde tus confines
de nido
Te obsequio
el fluido más precioso de estas humanidades
Que surca
por mis venas hacia las tuyas
Con las
memorias generacionales
De los
guerreros del tiempo.
Juntos
hacemos parte del propósito universal
Que acopla
las almas en un vínculo supremo de armonía perfecta
Tu latir en
sincronía con el mío
Proporciona
a la raza
La
esperanza que la vida posee sobre la vida…
Cada
momento a tu lado me hace saborear la eternidad,
El sosiego
de saber que en presencia tuya
Todo es
posible… cualquier quimera, cualquier sueño
¡Todo
prodigio!...
Porque tu
esencia misma es prodigiosa.
Te
ama: tu madre.
VAPOR DE
AGUA SAL EN MINIATURA
Con la
lentitud del remolino fulgurante
Levanto
mis manos hacia tu nívea tez
¡Imploro
tu pasión!
Que surca
todo tu cuerpo
Donde
albergas tu motor (mi motor)
El tacto
danza con la piel
Lugar en
que los poros
Cultivan
el vapor salado de los sueños
¡Sos mi
soplo divino!
Que
inspira la Creación
Un vuelo
de escarpadas y cavernas
Que nos
mantiene uni-dos
Un tacto
de inverosímil certeza
Donde la
duda no hace mella
Tan
minúsculo en su grandeza
y profano
en su santidad,
Que solo
nos basta un toque
Para
balancear el universo,
Hasta
fragmentarlo en mil pedazos mil
Y volverlo
hasta su origen
Con pasión
augural.
Tan cierto
en la duda
Que logra
vislumbrar el nítido amanecer
Después de
la aterradora tormenta.
Tan
sórdido en su entrega
Que gesta
el canto del ruiseñor
Al ser
atrapado a voluntad por las espinas
Del amado
rosal
Para
exhalar en él su postrero carmín.
SOY
Soy tú Yo
Soy Tú
Soy…
La rueda
de mis placeres
Me
envuelve en tus caricias
Despierto
en medio del alba soñada
Te observo
más íntimo que ayer
Soplas en
mi frente tu fervor
Asciendes
la llama hasta el fondo
Agitas tus
alas dentro mío
Te
sumerges en mi eterno
Emprendes
el vuelo hacia tu inmortalidad
¡Empiezas
a volar!
Acabas de
nacer
Descubres
en la luz de mi caverna
La inicial
bendición
Del que
susurró a tu alma
Un secreto
infinito a viva voz
¡Al nacer!
Acabas de
recordar el secreto olvidado
Por eones
de existencias
Lo
saboreas en tus labios
Te
deleitas con su tacto…
Me
conviertes en tu madre
En tu
hermana, en tu hija
Tu amante…
Soy tu Yo
Soy Tú
Soy…
VOS Y YO
La memoria
acaricia en las sombras
Tu tacto
matutino
El corazón
sabe…
El corazón
siempre “sabe”
Sos…
Mi voz
Impregnada
con ese tono grave
Que brindó
la vida
Para que
realices fuera de mí
En los
últimos confines
Lejos de
mí…
Todo
cuanto tu deseo anhele.
Ahora… ve…
¡Vuela!
Realiza
sin mí…
Juega a la
creación
Puesto que
en cada obra
Donde esté
tu corazón
Allí
estaré Yo
Evocando-nos
Presintiendo-nos
En la
remembranza del tiempo
Allí seré
Yo
En el suspiro que te circunda
Al
recordar-me
Sin
reconocer-me
En el
sueño que te abraza
Todos los
días de tu existencia.
En el
prístino segundo de tu “despertar”
Y hasta puede suceder que
El destino
lisonjero
En algunas
ocasiones
Haya rosado
nuestros caminos
Sin mayor
pretensión
Que el
brillo en los ojos
O la
luminosidad
Emanada de
nuestros cuerpos.
(¿Esta
parte queda o puede excluirse?)
Mas…
Cuando
llegue el momento
(y sabrás
que llegado es)
El ángel
del Señor
Nos
fundirá en el color de sus alas
Y nos llevará hasta su presencia
Y la
Creación…
Volverá a
girar.
Quizás
entonces dirás:
Sos…
El color
de mi voz
Con ese
tono agudo
Que el
Creador formó
Para que
experimentes
Jugar a
realizar
Lejos de
mí
Todo
cuanto tu deseo anhele.
y la
memoria …
Que
acaricia en las sombras
Mi tacto
matutino
Presentirá
un canto en mi corazón
Entonces…
La
Creación
Volverá a girar…
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