lunes, 22 de agosto de 2011

EL RINCÓN DEL ENSAYO

INTRODUCCIÓN

En este espacio, los lectores encontrarán una gran variedad de conceptos sobre distintos tópicos ensayísticos que generarán nuevas preguntas, hasta propiciar la creación de nuevos ensayos. Esto se afirma, debido a que no se puede olvidar que el ensayo es un tipo de texto donde se interpreta la realidad de las ciencias de tipo humanístico y de profundización cientìfica -que comúnmente se conoce como ciencias exactas- determinando la interdisciplinariedad de los saberes que circundan la realidad del ser humano y su propia reflexión del mundo y el universo que lo rodea.

Por eso, desde este momento entrarás en el mundo del ensayo, donde todo es posible, como bien se dice, es el Rincón del Ensayo, un lugar donde las palabras convergen para dar significados diferentes, en voces diferentes. 

!ADELANTE!
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DECONSTRUCCIONES: LITERATURA Y COMUNICACIÓN

CÉSAR ELIÉCER VILLOTA ERASO

Licenciado en Lengua Castellana y Literatura, Catedrático de la Universidad Mariana e Integrante del Taller de Escritores Awasca.

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A fin de cuentas ¿Qué es la literatura? Después de dos milenios y de miles y millones de intentos por responder a esta pregunta, parece ingenuo que se planteara nuevamente al inicio de este texto. Sin embargo el meollo del asunto es ese: ¿Qué es la literatura y cómo se configura para comunicar? Y no se llegará a ninguna parte hasta que no se tenga un presupuesto conceptual convincente sobre este fenómeno. Sí, así es, está bien que ustedes se pregunten. Pero cómo, si genios y maestros de maestros han asumido esta cuestión, ¿Entonces es posible que los conocimientos adquiridos durante el aprendizaje universitario puedan definir algo tan complejo como lo es la literatura?

Pues bien, para empezar, en ningún momento busco definirla. Hacerlo sería negarla, menospreciarla y asumirla sin seriedad, y en esencia, lo más recomendable está en reflexionar su significado, entendiéndola en el amplio sentido de la palabra, como palabra, y de pronto, como fenómeno comunicativo, apoyándome en las reflexiones  del discurso ya establecido por Lázaro Carreter (1980) en el artículo denominado “La literatura como fenómeno comunicativo”.

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En primera instancia, Carreter desde su visión no logra definir convincentemente qué es literatura. Sin lugar a duda lo que si consigue, es marcar una clara diferencia entre la literatura y el arte literario. Todo porque su tesis gira en torno a eso, a sostener que literatura y arte literario no se recubren por completo, sino que se complementan, trazando un camino serio donde este arte es un accionar comunicativo que involucra  todos los sentidos, inclusive mueve los internos, donde el alma es capaz de gozar en su éxtasis denominado catarsis a través de las letras que se expanden, se unen y se engranan en toda su esencia realista y mágica.

Así, la literatura para consolidarse como un tejido de carácter estético, necesitará de la construcción de un estilo propio que se acompañará del manejo de toda una retórica indispensable dentro de su organización y re-pensamiento, dando lugar a ese asunto de trabajo que mencionaba Juan Rulfo en el desafío de la creación. Entonces, el fenómeno literario se consolidará como institución interdisciplinar y unificada, dará cuenta del valor de la creación vista como una entidad que se solidifica mediante procesos de interacción sucesivos (construcción y deconstrucción), traspasando los límites de la  imitación que en su momento Aristóteles validaría en su tratado sobre la poética, como ese simple “arte que imita sólo con el lenguaje, en prosa o en verso” (CARRETER, Lázaro. 1980; 153).

Por eso en el siglo XX y ahora, en pleno siglo XXI, es evidente que el fenómeno comunicativo dentro de lo literario es más que imitación y más que simulación, por contradecir, de paso, la postura de Searle (1979). Y de hecho tal contradicción, Carreter la sostendrá gracias a los postulados vislumbrados por los formalistas rusos, quienes postulan que los textos literarios y la literatura en general, debe ser discernida desde la semiótica, puesto que esta ciencia estudia los signos, especialmente, en su carácter comunicativo, de manera que sería la mejor vía para asumirla desde un análisis profundo y reflexivo.

De este modo, se llega finalmente a concordar en un punto fundamental: la literatura como una connotación socio-cultural variable, según el tiempo y el espacio humanos, dado que es necesario abatir el problema no sólo desde el punto de vista estético sino desde otra ciencia capaz de someter al lenguaje en toda su dimensionalidad –mediante la semiología- descubriendo factores, condiciones y propiedades que denotan y especifican la conceptualización particular de los textos literarios. De hecho:

“Una obra literaria puede producir la impresión de que refleja la realidad más inmediata, y un estilo puede, en apariencia, confundirse con la lengua de todos, pero los dos modos [de expresión] difieren siempre tanto  por el principio como por la intención; en tanto que el pensamiento literario sea lo que quiere ser –una trasposición de la realidad- habrá una lengua distinta de la lengua usual” (BALLY Charles, 1951, p.244).

De lo anterior se desprende un hecho, no se puede observar seriamente a la concepción literaria fuera de un marco semiológico y comunicacional, pues al constituirse como signo estético transmite un tipo especial de mensaje a través de la obra en sí, que media a su vez, entre un emisor (el escritor) y un receptor o, mejor dicho, un espectador (el lector). Luego, a partir de estas dos perspectivas, semiótica y comunicacional, se aprehenden tres factores fundamentales, que dicen directamente a toda teoría que pretenda dar cuenta de la literatura, considere esencialmente: escritor –obra –y lector. Pero ¿Qué tipo de escritor? ¿Qué tipo de lector? ¿Qué tipo de obra?

Dado que, como ya se ha mencionado, se asume que la literatura es un tipo especial de comunicación que contiene un tipo especial de lenguaje, mediante el cual se transmite un mensaje particular, previamente pensado y, por cierto, muy elaborado. De tal manera, el escritor no es un emisor común, sino un emisor distante, con quien el destinatario no puede establecer diálogos para corregir o cambiar cosas particulares del texto. Ahora bien, si entre emisor y receptor no se puede establecer diálogo, ¿Cómo es posible que se hable de literatura como un tipo especial de comunicación? Según Carreter, el contacto existe, pero no de forma directa, y es justamente, el mensaje el que cumple esta función interactiva. En todo caso, aquí el escritor es entendido como autor, como creador de su obra, que transmite un mensaje mediante un uso especial de lenguaje a un receptor ideal.

Ahora, aquí se llega a un punto fundamental de ésta exposición: el lector, que es una construcción del escritor tomada por azar, para determinar el significado y sentido textual. Sin embargo,  no se puede reducir el papel del lector a estos dos conceptos, sino que la función traspasa a formarlo como ente primordial para la realización del acto comunicativo. De acuerdo  con esto, es el lector y no el escritor, el queda significado a la obra. Pero no cualquier significado, sino un significado sociocultural, influenciado por el entorno de donde provenga. El lector en último término, es un e-lector del significado del texto y de su valor literario (1).

En ese orden, escritor, obra y lector crean la situación dialógica-polifónica que permite pensar la literatura como un fenómeno comunicativo. Permitiéndole a Lázaro Carreter llegar a una propia definición de literatura. No sin antes advertir que tal definición no es la más adecuada, ni la más completa, puesto que, como lo dice el mismo autor, deja de lado la literatura folklórica, pero que abre brechas interesantes para discernir este tratado en su complejidad:

“La literatura, es un conjunto de mensajes no inmediatamente prácticos; cada uno de éstos mensajes lo cifra un emisor o un autor con destino a un receptor universal, constituido por todos los lectores potenciales que, en cualquier tiempo o lugar, acudirán voluntaria o fortuitamente a cogerlo. Ese mensaje conlleva a su propia situación; lo cual implica que, para adquirir sentido debe instalarse en la peculiarísima de cada lector, constituyendo una situación de lectura apropiada”  (Ibídem. 1980; 168).

Es ese orden, terminamos el análisis del artículo de Fernando Lázaro Carreter (1980);  no obstante quedan muchas dudas, y uno que otro punto que no se concuerda con el autor, por ejemplo, el hecho de que su análisis sea válido para un tipo especial de literatura, caso de la realista o la social que transmiten mensajes sociales o de comunidad. Por lo tanto, desde esta perspectiva no existirá un lector universal.

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En todo caso la literatura no consiste en transmitir mensajes, ni es una simulación, aun cuando se tenga presente que se parte del concepto de lectura, como lo daría a entender Searle (1979). Además, no se puede obviar que la escritura literaria no consiste en una simple simulación, aún cuando se tenga presente que se enmarca dentro de los imaginarios colectivos.

La literatura en sí, es una actividad humana, una forma de vida, que como bien apunta Graesser, Gensbacher y Goldman (2000, p. 443) se escribe en parte para producir respuestas emocionales en el lector (2), se escribe para revelar las verdaderas profundas acerca de la vida y la realidad, aun cuando la trama sea enteramente ficcional.

La literatura tiene una alta densidad de formas no literales (3) que se diseñan con el fin de obtener diversas interpretaciones (polisemia), esto es, ambigüedad intencional, en lugar de converger a un solo significado intencionado. Con frecuencia los textos literarios violan las convenciones lingüísticas y sociales, estimulando al lector a reflexionar sobre el lenguaje y la sociedad. Los textos literarios tienen puntos de vista inusuales (4)  o que fluctúan, por ejemplo, entre un personaje y un narrador omnisciente.
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CITAS Y NOTAS

1. Se debe resaltar el valor del lector dentro de la literatura y su comunicación, porque según Barthes y Blanchot es el sujeto lector quien da la existencia a un texto, que en palabras de Lázaro Carreter se socializará cuando utiliza la frase: Que es un libro que no se lee, algo que aun no se ha escrito.

2. Entre las respuestas emocionales más discutidas están: la sorpresa, la curiosidad, el suspenso, el miedo, el pavor, la solidaridad…

3. Las formas no literales son las figuras literarias que producen en el lector otros sentimientos, entre ellas encontramos a las metáforas, las subestimaciones, las hipérboles, los retruécanos, los símiles, las etopeyas, las ironías…

4. Esa inusualidad se da en la escritura literaria cuando la realidad se confabula con la ficción, por ejemplo, al  leer un asesinato, desde la perspectiva y personalidad de un perro, es un proceso poco usual, frente a la mirada de un ser humano.


BIBLIOGRAFÍA

BALLY, Charles. (1951). “Trataie de stlylistique francaise”. I. Klincksieck. París.

CARRETER, Lázaro. (1980) “La literatura como fenómeno comunicativo” en Pragmática de la comunicación literaria. Madrid: Grafur S.A. Compilación de José Antonio Mayoral.

GRAESSER, GENSBACHER Y GOLDMAN (2000) “Cognición”, en Van Dijk, compilador, El discurso como estructura y proceso. Barcelona: Gedisa Editorial. p. 417 – 452).

SEARLE, Jhon. (1979) “El estatus lógico del discurso de ficción”, en Expresión and meaning. Cambridge University.
 
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LITIGIO MENTAL

Omar Quiroz Velásquez
Maestro en Artes Visuales y Especialista en Pedagogía de la Creatividad

En una noche clara de luna creciente, al estar meditando con la mirada perdida entre las estrellas. Detrás del cristal de la ventana de mi cuarto en penumbras, escuchando la música de predilección; de pronto, miré una lucecita intermitente en el firmamento, la cual estaba en un movimiento que se mimetizaba en el cúmulo de estrellas, desplazándose con una velocidad parecida a la de un avión, eso sí, visto a la distancia. 

Desenfundé los binóculos rápidamente, y si, era una luz de color anaranjada clara intensa, que cruzaba rauda los cielos a muy buena altura, de pronto se quedó quieta en el aire, y en un rato comenzó a descender precisamente en la cima del Volcán Galeras hasta que se perdió en las bocas del mismo. ¿Qué, cómo y cuándo ocurre esto, y por qué? ¿Cómo poder descifrar estas incógnitas que se nos presentan en la vida en un momento como éste? Sin ton ni son, como dice el dicho, que sin querer nos pone a reflexionar, a cavilar de un hecho que ya pasó, que ni siquiera puedo argumentar por no tener un registro que me sirva de prueba y por ende sea creíble y de interés general. Viene a la  memoria un hecho que si pude argumentar con otro hecho, a nivel cotidiano claro está, que es el siguiente: al anochecer salí de mi casa, y en el almacén contiguo de repuestos de automotor, cerradas ya sus cortinas, después de la jornada laboral, encontré uno de sus dos candados de alta seguridad abierto al lado de la cortina, en el otro lado si estaba asegurado el candado en su sitio, tomé el candado suelto y pensé en buscar al celador para que se apersone del acontecimiento, pero no lo encontré. 

Al regresar a casa, iba pensando en entregarlo al día siguiente, a sus correspondientes dueños, sin embargo, me preocupaba la inseguridad que aumentaría, así sea por esa noche en el almacén, lo otro seria ir y echarle candado y sin más comentarios, a expensas de que me miraran los vecinos manipulando la seguridad de dicho almacén y encontrarme en una situación escabrosa; o la segunda opción, era comentarle al dueño –al día siguiente- de lo acontecido con miras a que tuviesen cuidado con su propia seguridad, de nuevo la duda, tal vez no me creerían por haber encontrado su seguridad tal cual.
De esa forma, tenía que hacer algo que satisfaga esas dudas: la seguridad y credibilidad del hecho ante los propietarios de dicho almacén; todo al tiempo, por último decidí: ir y colocar el candado, asegurando el pasador faltante, sin antes adicionar dos argollas: una metálica y otra plástica para propiciarles una incógnita momentánea, sin que me cueste ningún esfuerzo verbal de antemano. El propietario a raíz de lo acontecido,  dela injustificable intervención a su seguridad, les comentaba a sus colegas de confianza, el presunto estado de inseguridad por lo acontecido. 

Cuando transcurrieron tres o cuatro días del argollamiento de su candado, lo visité y le manifesté: que le pareció la intervención a su seguridad, cuando dejaron tirado el candado menguando la seguridad de su almacén? 

El propietario me miró asombrado y me dijo: ¿Usted fue el que hizo eso? ¿Cómo lo hizo? Agregando más preguntas pertinentes sobre este hecho. Me pareció que estaba un tanto disgustado, tal vez por demorarme en contarle lo acontecido, puesto que el efecto causado en este lapso de tiempo, correspondía a mi interés, ya que él no estaba en condición de exigir o reclamar nada, siendo finalmente, beneficiado por mi actitud. Al cabo de unos segundos, sobreponiéndose a su presunto disgusto, concluyó agradeciendo y acatando la recomendación de prevención, aunque haya sido de dientes para afuera…
Regresando al Volcán Galeras, este ha sido objeto de múltiples acontecimientos, comentarios e historias; inspirador de poetas y cantautores, como también objeto de pronósticos de desastre, elementos propios de su condición y naturaleza, funcionando como carta de presentación de la ciudad de Pasto ante el mundo. Entre los sucesos más recientes: está el intento fallido de las últimas administraciones municipales de trasladar a la población asentada en las faldas del volcán, aduciendo que están en zona de alto riesgo, y es de su incumbencia salvarles la vida, así, los lugareños no se inmuten para dejar sus casas y tierras de  toda la vida, haciéndose los de oídos sordos, justificando que el volcán nunca les ha hecho daño alguno, así ocurran los movimientos y sismos a los que ya están acostumbrados, que nunca les ha causado un muerto; con excepción de los científicos foráneos que murieron en las entrañas del volcán, pero eso sucedió, por tener exceso de confianza en tiempo de reactivación, esto,  por decir lo menos. 

Desde luego, ya no se construirán más viviendas, ni se talará el bosque circundante que hace parte del parque natural Galeras, logrando una conciencia ecológica para la protección del recurso hídrico, la flora y la  fauna que nos concierne a todos, hoy por hoy. Es verdad que el montoncito de tierra y rocas, hecho volcán, nadie de la especie humana lo llevó y lo conformó como tal, pues éste cono volcánico es producto de erupciones secuenciales de la tierra, en todo el tiempo milenario de su conformación. Al contrario, por ejemplo, cuando se irguieron las monumentales pirámides de Egipto, éstas si fueron concebidas como un producto del poder y capricho humano. 

No obstante, claro que habrá otras erupciones en el futuro, pero saber cuándo ocurrirán y con qué intensidad; es un dilema de verdad. Se piensa por lógica, que la tierra se está enfriando a través de sus mismos volcanes por nombrar una opción aproximada, y por ende, las explosiones del volcán serán más esporádicas y menos intensas. Quedándose con los crespos hechos, los que pensaban manipular más de la cuenta, millonarias sumas de dinero aportadas y donadas por el gobierno nacional y extranjero y entidades internacionales de solidaridad. “Piensa mal y acertarás” reza el viejo adagio popular, me atrevo a pensar que estos paracitos sociales sí deseaban que ocurrieran los desastres anunciados, para lucrarse y robar más, aprovechando las ayudas millonarias venidas de todas partes, y también haciendo protagonismo a expensas del presunto desastre anunciado. De hecho, alrededor de esta situación, surgieron muchos ejemplos como el siguiente: un mandatario acompañado de su comitiva se dice que trepo a la cúspide del volcán para lanzar a las bocas unas medallitas, con el pretexto de evitar o mermar los movimientos telúricos y fumarolas que se hacían muy frecuentes. Estos actos se merecieron múltiples comentarios a nivel local y nacional, sin dejar a un lado las notas jocosas que no faltan. De hecho, ¿Parece que no nos hemos dado cuenta de que las administraciones municipales son efímeras o pasajeras? ¿Y la naturaleza y su volcán son inmemoriales? 

Ha sido voz populi que en el Volcán Galeras se encuentran varios elementos valiosos, entre ellos: piedras preciosas, quizás diamantes o elementos radiactivos. Lo que hace suponer que algunos de estos materiales son producto de  las altas temperaturas en el magma fusionado, los cuales, al hacer explosión y quedando en la cima, expuestos a bajas temperaturas de más de cuatro mil metros de altura, han de solidificarse y han de ir adquiriendo reacciones importantes como valiosas, tanto para el laboratorio como para la industria de consumo mundial. 

Siendo así, nuestro tutelar volcán ya no tendría la altura que tiene hasta el día de hoy, seria desbastado sin piedad, miráramos paulatinamente perder altura a nuestro volcán, hasta quedar arraz con el Valle de Atriz y, peor aún,por la culpa de la avaricia de las grandes multinacionales, seguirían dejando un tremendo boquete en el subsuelo, al llevar a cabo, todo ese proceso de minería; ahí, estuviésemos invadidos de equipos de alto perfil minero,caso de los buldóceres, retroexcavadoras y volquetas gigantescas, acompañados de las recurrentes explosiones controladas, viviendo la cotidianidad en un ambiente polvoriento como nauseabundo,y por ende, peleándonos con el gobierno central y las multinacionales por las regalías que nos puedan pertenecer; así como ocurre con las esmeraldas y el petróleo ni más ni menos. 

Entre otras cosas: ¡Quedémonos como estamos! Sin riquezas y comodidades ficticias pero con nuestro volcán al frente, para deleitarnos mediante el sentido de la vista, las veces que queramos y por supuesto, que la naturaleza nos lo permita en sus multiples facetas cotidianas. Nariño está sembrado de volcanes como toda la región andina, todas las cordilleras en línea son elevaciones, producto del choque de las placas tectónicas que están al lado y lado de estos cortes terráqueos, unas que se encuentran y se juntan aquí, en el Macizo de los Pastos. Estamos sobre un polvorín, quizás un poco apagado, no tenemos registros cercanos a nuestra generación de choques y elevaciones visibles de nuestras cordilleras, por ello, una forma de mirar y calcular los últimos o recientes choques tectónicos, claro está, con una mirada rápida, es la siguiente: según el relieve de las cordilleras: las elevaciones recientes son las que presentan aristas agudas como rocosas y las antiguas presentan ondulaciones homogéneas y boscosas.

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ACERCAMIENTO A LA OBRA DEL MAESTRO OMAR QUIROZ

CÉSAR ELIÉCER VILLOTA ERASO



Licenciado en Lengua Castellana y Literatura, Catedrático de la Universidad Mariana e Integrante del Taller de Escritores Awasca.

“El Siglo XX convierte la naturaleza en un problema real. Mas bien es la naturaleza la que se convierte en algo extremadamente problemático para nuestra cultura”.
                                               Santiago B. Olmo *

Si la memoria no me traiciona, fue en uno de los días de mi niñez cuando pasaba por la iglesia de San Agustín, que se despertarían la creatividad y la emoción al ver el castillo de metal que contenía aroma a fuego pirotécnico.

En aquella ocasión, lo que me preguntaba era: ¿Quién hizo este castillo? ¿Cuándo lo utilizan? ¿Será que funciona? Alrededor de estas inquietudes, otras más salieron a la vista, todo porque desde los adentros de mi memoria, el olor a pólvora estaba impregnado en el olfato, además se acompañaba con los imaginarios de la vaca loca de barrio y de las múltiples vísperas de los santos, como por ejemplo, vírgen de las Mercedes, San Francisco de Asís, San Sebastián, vírgen del Carmen, entre otros; donde la mirada se deleitaba con esas luces brillantes, resplandecientes y tronantes que a cada persona le hacían –y le hacen- explorar esos sonidos onomatopéyicos propios de aquella situación.

Pasarían varios años contemplando aquel castillo, porque para mí, era eso, un castillo con olor a pólvora, un reconocimiento a las fiestas patronales de nuestra región. No obstante, lo único que no sabía, tenía que ver con que aquel artefacto de metal había sido construido por un artista nariñense, quien había especificado su arte dentro de un perfil ecológico, haciendo que los materiales reciclables de metal, tomaran forma y sentido, dándole una verdadera propiedad y concepto a  eso que yo observaba con detenimiento cada vez que pasaba por ahí; el nombre de la obra como tal esclarecería las dudas de lo que imaginaba: “Religión y Tradición”, que son dos conceptos importantes para describir el imaginario colectivo sobre esta imagen y que asienta con propiedad el goce constante de ser atrapado por las partes de esa obra hecha encanto…

Lo anteriormente descrito, es una sola de las experiencias que se viven a diario dentro de nuestra ciudad y que no tiene más artífice que al maestro Omar Quiroz (1), quien ha dedicado su vida entera a regalarle a la ciudad de Pasto, toda una muestra cultural y artística vial, resarciendo y creando conciencia sobre el gran daño que se le está haciendo al ecosistema.

Además, a través de este escrito resalto la labor del maestro Quiroz, porque no ha dejado  que su vida artística se trunque por los avatares de la vida, sino que ha triunfado, al instalar en la ciudad más de 25 obras, cada una con un significado propio y con un estilo único, el del arte ecológico.

En ese orden, esa lectura que se le hace a la ciudad desde el plano artístico, no fuese la misma sin las obras del maestro Quiroz, pues cada una ya tiene su semblante firme como lo posee su creador, quien ha hecho visible la designación de la frase: “gesto y palabra para todo”, donde la vida se configura de sueños pero que sin ellos la realidad no existe.

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CITAS Y NOTAS


* PÉREZ ARANGO, Eugenia. Arte de la tierra y otras geografías. En línea: http://www.unalmed.edu.co/mediateca/artenaturaleza/espanol/arte_tierra/artetierra_og_arte_ecol.htm. Consulta el 27 de septiembre del 2011.

1. Omar Quiroz Velásquez. Nació en Ospina/Nariño el 8 de diciembre de 1950. Realizó estudios de Dibujo Arquitectónico en la Institución Universitaria  CESMAG; Licenciado en Artes Plásticas; Maestro en Artes Plásticas y Especialista en Pedagogía de la Creatividad de la Universidad de Nariño. En 1992 el Ministerio de Medio Ambiente otorgó el Segundo Premio Nacional “Reciclemos Para Vivir” por su trabajo como Escultor Ecológico. En el año 2000 recibió el  “Premio Correo del Sur” por ser el Escultor más destacado de Pasto y Nariño. También recibió el “Reconocimiento del Concejo Municipal de Pasto” por promover el desarrollo regional y cultural en el municipio de Pasto. Su labor ha sido reconocida en libros, revistas y periódicos Nacionales como: “Nariño en su Gente” de Eudoro Narváez, “Revista Reto”, “La voz del Muro” de Álvaro Martínez Betancourt, y “El Diario del Sur” en 1990-2010. Sus obras artísticas han sido seleccionadas para hacer parte de diferentes portadas de libros y revistas como: “Trocha de Versos” de Chucho Peña, La “Revista Carnaval N°2” Javier Rodrizales y la “Revista literaria AWASCA N° 21”. Ha publicado poesía y cuento en las revistas, Correo del Sur N°5 y revista literaria AWASCA N° 21 y 22. Actualmente, es Integrante del Taller de Escritores AWASCA de la Universidad de Nariño, Locutor del Programa “MORADA AL SUR” emisora Radio Universidad de Nariño (101.1 FM).


BIBLIOGRAFÍA

PÉREZ ARANGO, Eugenia. Arte de la tierra y otras geografías. En línea: http://www.unalmed.edu.co/mediateca/artenaturaleza/espanol/arte_tierra/artetierra_og_arte_ecol.htm. Consulta el 27 de septiembre del 2011.

Dibujo por Omar Quiroz. "El paisaje"
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CAMALEONIZANDOSE EN LA ECOLOGÍA

Omar Quiroz Velásquez
Maestro en Artes Visuales y Especialista en Pedagogía de la Creatividad

Cuando se trata de hacer campaña política, para algunos candidatos parece ser que todo es válido, saludando sin ton ni son, con apretón de manos, mostrando todos los dientes y mirándole fijamente a los ojos del pueblo, como diciéndole, alégrate que te estoy saludando, yo el futuro mandatario. Pide lo que quieras, has un balance de todas tus necesidades, que ahora o nunca cambiara tu vida de manera radical, claro, sin avisarle si es para bien o para mal el cambio prometido.

Cómo no; nosotros ya estamos curtidos de toda esa blasfemia barata, politiquera recalcitrante; cuando están a la caza de votos, no importa que sean de las gentes de botas pantaneras  con sus manos encallecidas, untadas de tierra y con la torpeza por la cotidianidad del oficio. Estos saben que de ellos, salen sus votos limpios e ingenuos como sus almas, que en todo caso van sumando, y escrutando para lograr sus fines.

Por su parte la naturaleza, hoy en medio del tire y jale del furor de las campañas como tema de farándula.  Cerca de elecciones siembran uno que otro árbol  y de antemano prevén un despliegue publicitario, miren, aquí estamos sembrando estos árboles que en el mañana serán grandes y frondosos… Así queden mal sembrados en los separadores estrechos y asfaltados de las avenidas que crecerán maltrechos, siendo estropeados con toda esa congestión de tránsito, crecen retorcidos como las mentes y cálculos ambiciosos de los candidatos politiqueros e ineptos, que no han tenido nunca vocación de servicio a la comunidad, lastimosamente son la mayoría, quienes siguen mimetizándose con ideales y banderas ecologistas del momento, sin tener un proceso y actitud al respecto, no son más que unos viejos verdes, paracaidistas y oportunistas.

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